viernes, 11 de septiembre de 2009

Era de noche y María aún no había tenido a su hijo (de ella os he contado la historia de "La noche de San Juan"). Embarazada como estaba y sensible por duplicado, María trataba de dormir y se daba cuenta de que NO podía. Su marido dormía tranquilo a su lado, ambos estaban de espaldas, una contra otra, y de ese modo él no se percató cuando María comenzó a llorar y a llorar...
La imagen de su padre fallecido le vino a la mente, y lloró en silencio por él, porque le echaba de menos, porque le estaba recordando y hubiera deseado que conociera al hijo que iba a tener.
La cuestión es que lloró tan en silencio como pudo pero notó que el hecho de que la imagen de su padre le hubiera llegado tan de pronto era algo más que extraño.
Un par de días después estaba en una tortillería tomando un aperitivo con su marido, su hermana y su cuñado. Allí hablaron de un par de cosas y de pronto el cuñado la miró y le dijo: "¿A que no te has acordado del aniversario de la muerte de tu padre?".
Tan perdida en el tiempo como estaba María preguntó:
- ¿Cuándo fue?.
La respuesta le dejó helada:
- Anteayer.
Tragó saliva y abrió los ojos como platos: "Anteanoche estuve llorando y recordando a papá", dijo ella emocionada, y no sabía qué fecha era ni por qué me había llegado ese recuerdo tan fuerte de él."
Cuando ya tuvo a su hijo, estaba una noche dándole un biberón tardío en la casa silenciosa. Estaba sentada en un sillón y tenía a su bebé medio dormido, que chupaba de la tetina sin abrir los ojos.
Estaba muy cansada, muy muy cansada, y creía que se iba a quedar dormida, pero los dolores del reciente parto y la flojedad le hacían llorar constantemente porque María soportaba muy mal el dolor.
Entonces una paz interior llegó hasta ella inundándola, el dolor desapareció por unos instantes, y una alegría injustificada la sucumbió de golpe... frente a ella, lo sabía, estaba su padre. No era visible, pero podía sentirle, y además de eso, podía notar su amor.

Visiones y Premosiones

Esta historia la vivieron Marjorie Tillotson y su hija Hellen, de 26 años.
Hellen vivía en un edificio de apartamentos al otro lado de la calle donde vivía Marjorie.
Una noche, Helen dormía profundamente cuando se despertó al escuchar fuertes voces. Era su madre que gritaba "¡Helen ¿estás ahí? ¡Déjame entrar!".
Helen se dirigió a la puerta y al abrir se encontró con su madre nerviosa. Marjorie quería saber por qué Helen había llamado a su puerta unos minutos antes.
Helen miró a su madre estupefacta. Ella no había salido, no había ido a casa de su madre, no había llamado a su puerta. Es más, se había acostado a las 11 de la noche y no despertó hasta ese momento.
Marjorie, alarmada, le dijo que aquello no era posible porque ella le había visto y había hablado con ella. Es más, según Marjorie, Helen le dijo que fuera inmediatamente a su casa sin hacer preguntas.
Entonces un estruendo las dejó atónitas y madre e hija corrieron para asomarse por la ventana: en la acera de enfrente, había había un escape de gas y como consecuencia había provocado una explosión en el edificio donde vivía Marjorie!.
Si en el primer caso Marjorie salvó la vida, aquí de nuevo hay un caso de premonición que... será mejor que leáis la historia:
El 20 de octubre de 1966, una niña galesa de 9 años llamada Eryl Mai Jones, le dijo a su mamá que había soñado que iba a la escuela y al llegar vio que el edificio desaparecía, que "una cosa negra la había aplastado". Al día siguiente fue a la escuela como de costumbre y... medio millón de toneladas de carbón de desecho se deslizaron sobre el
pueblo minero matando a 139 personas, la mayoría niños, y entre ellos Eryl.

Las luces!

Esta historia me la contó una chica de unos 16 años, y no le sucedió a ella, sino a su madre, una española que emigró a Alemania para buscarse la vida, teniendo que alquilarse una casa con su joven esposo que apenas tenía comodidades.
Eso sí, tenía visitantes misteriosos.
Al principio sólo eran sonidos, rasguños en la almohada que mantenía abrazada mientras trataba de descansar después de tantas horas de trabajo. Le asustó, cierto, pero mantuvo la calma y pensó que era su propio agotamiento el que la hacía tener alucinaciones auditivas. Los rasguños en la cama no son tan inhabituales ¿no?. Muchos los hemos oído. Son visitantes que quieren comunicarnos que "están ahí también, que no estamos solos".
La joven vivió con esa extraña experiencia unos días y terminó por acostumbrarse, pero una noche ocurrió algo terrible. Estaba tumbada en la cama, descansando, su marido estaba afeitándose en el cuarto de baño, y de pronto unas lucecitas de un tamaño algo mayor que el de las canicas, blancas azuladas y brillantes, comenzaron a salir de debajo de la cama.
Subieron, ascendieron hasta ponerse encima de ella, y bailaron.
La chica las miró estupefacta, tragó saliva y respiró profundamente. ¿Qué era aquello? ¿De dónde salían? ¿Qué las producía?
Y entonces las luces comenzaron a bailar con movimientos más bruscos, y una poderosa fuerza salió de ellas. La chica notó esa fuerza en puñetazos y patadas invisibles que la golpeaban y estampaban contra las paredes... Gritó, y su marido se cortó con la gillette. Cuando él iba a salir la puerta del cuarto de baño se cerró de golpe.
La joven española emigrante sufrió una paliza que la dejó destrozada, y no pudo hacer una denuncia, porque en qué comisaría de policía iban a escuchar semejante historia sin echarse a reir.
No volvió a ocurrirle porque volvió a España entre lágrimas y terrores.
Durante años jamás contó la historia, y cuando lo hizo, fue para contárselo a su hija -mi confidente-, quien me confesó que su madre no podía hablar del tema sin echarse a llorar y a temblar.
No es para menos. Su hija también lloró al contármelo.

martes, 8 de septiembre de 2009

martes, 1 de septiembre de 2009

Lluvia

Lluvia es la manera de llorar de aquellos que se dicen o se hacen pasar por angeles, siento ese liquido en mi rostro y la brisa nocturna acaricia mi piel, no siento frio, solo puedo sentir el agua correr por mi cara y perderse en el fondo de mi ropa.Sentado en la banca de piedra del mirador de la ciudad, me dejo mojar por la lluvia que comienza a caer, las luces de alla abajo se convierten poco a poco en ciertos recuerdos que guardo en lo mas profundo de mi mente envenenada… las luces de las lamparas publicas empiezan a tomar forma……….La mañana se levantaba fresca en el este, una ligera brisa empieza a entrar por mi ventana y me indica que, por desgracia el mundo aun gira.¡Mierda! ¿Qué aun debo soportar la ira del mundo que me ve raro solo por pensar distinto a ellos?.Me levanto poco a poco y con el mismo entusiasmo que te da al ir al velorio de alguien a quien estimas demasiado, comienzo a vestirme; algo sencillo: Un pantalón negro de gabardina, mis habituales converse negros, y mi camisa negra con parches bordados de pentagramas y cruces invertidas.Afuera hace frio tomo mi gabardina de piel sintetica y salgo a la calle, los niños juegan y me señalan con el dedo, al pasar yo les correspondo con una seña obscena y un insulto..¡¡¡QUE LES IMPORTA LO QUE YO HAGA!!Mi cabello largo, casi hasta los hombros ,me cubre gran parte de mi rostro palido, la gente no puede ver mi rostro pero yo si puedo ver el de ellos….Los odio maldita bola de hipocritas mentirosos, creen que por ser como los demas ya son dignos de llamarse personas.Comienza a lloviznar, no me inmuto, sigo mi trayecto y por fin me siento en una de las bancas de concreto de la plaza principal, un lugar habitual para mi.La gente pasa y mas de uno se me queda viendo con rareza y yo les correspondo con una mirada de odio fulminante, por la plaza veo venir a una chica, viste de ropa de marca y parece ser que es una de esas niñas estupidas de “La Alta Sociedad”, me mira yo la ignoro, murmura algo con sus amigas y se rien, yo les respondo con una mirada oscura, profunda y fria.Se acerca yo no muestro interes, ella se sienta en la banca de piedra a unos cuantos metros de aquí con sus amigas y empiezan a cuchichear entre ellas, de vez en vez se voltean a verme y se rien de una manera totalmente estupida e infantil. Yo las cacho en varias ocasiones y no les hago el menor caso, procuro estar concentrado en mis cosas y sin prestarles atención….Hola, eres algo extraño pero muy guapo me dijo de repente la que viste de ropa de marca, yo la ignoro.Oye te estoy hablando su tonito fresa retumba en mis oidos y me hace enojar.¿Qué quieres? No te metas donde no te llaman le contesto despectivamente y friamente y levantandome para irme.Cruzo la plaza a paso veloz y la lluvia comienza a arreciar, entro en un pasaje para de una vez largarme de esa plaza de hipocritas. Noto que alguien me sigue, vuelvo la mirada,¡Mierda! ¡ES ELLA!.Me da alcance pero yo no hago caso de su presencia, al contrario me molesta que ella este aun intentando llamar mi atención.Oye, lo siento mucho. Me comporte como una tonta alla en la fuente, es que mis amigas son unas idiotas y si no te comportas como ellas es peor me dijo.Yo la ignoro por completo y sigo caminando, posa una mano en mi hombro, me detengo.Por favor hazme caso, solo quiero ser tu amiga me dice en tono melancolico.Me doy la vuelta y con un gesto violento le doy un manotazo.¡¿Quién te da el derecho de tocarme?! Dejame en paz si no te hice caso alla menos te lo hare aquí le grito furioso.Ella retrocede y yo me alejo sin sentir culpa alguna por haberle gritado; la lluvia se convierte en tormenta y comienza a empapar mi gabardina, por la cual el agua escurre. Veo un bar cruzando la acera, el bar es gotico para mi fortuna y entro sin pensarlo.Dentro del bar hay gente como yo, oscura y sin complicaciones y claro librepensadores, en le bar suena musica de Epica tocada por una rockola.Me siento en una mesa el mesero llega casi de inmediato.¿Qué tomas colega? me pregunta.Traeme una coca, pero me refiero a hielo le digo en son de bromaYa estas me dice retirandose.La puerta del bar se abre, y para mi desgracia entra la maldita engendro que me viene siguiendo desde la plaza, todos la voltean a ver con mala cara….ella no pertenece aquí.¡Oye rosita fresita!¿Por que no te vas a otro lado? Aquí solo vienen los rockeros o goticosle dice burlon un mesero.Ella sale despavorida del lugar pues lo que vio no la dejo muy entusiasmada. Por fin un respiro de alivio, al fin se largo, le mesero me trae mi soda, la pone sobre la mesa yo le doy una propina y se va agradecido conmigo.A mi alrededor mucha gente me mira con curiosidad y no los culpo. Mis actos no son de lo mas limpios que digamos. Muchos de ellos saben cuales son mis actos, pero jamas hablan en mi contra por alguna extraña razon nunca testifican en mi contra.La noche cae lenta y el Bar tiene que cerrar sus puertas, pago mis bebidas que por ser cliente me las dejan mas baratas que de costumbre y salgo al exterior….La lluvia parece que ha cesado pero ha dejado sus rastros por todo el pavimento, camino sin rumbo fijo para mi no tiene sentido regresar a mi casa puesto que nadie me espera.Camino, camino sin voltear a ver a nadie que se cruce por mi camino me da igual quien pase y quien no, de repente siento una hoja afilada en mi espalda y alguien que intenta tomarme por el cuello.Saca todo lo que traigas escucho una voz a mis espaldas.¡Carajo! Solo eso me faltaba, algun imbecil intenta despojarme de mis bienes, tendre que arreglar esto.Estas loco si crees que te dare lo que es mio Siento mas presion en la hojaTe quieres morir verdad morro?responde la voz. –Sacalo todo repiteNo me inmuto –Sueltame o atente a las consecuencias le digo amenazanteRie –No morro de veras que estas pendejo, o lo sacas o lo saco de tus manos muertas me dice.Por fin exploto, por la presion me desmayo y no se nada mas de mi……Despierto en un hospital, las enfermeras me miran con cierto temor, de seguro es por la manera como estoy vestido, pero ¿Qué diablos hago yo aquí?, miro mi brazo enchufado a una maldita maquina con suero, odio verme debil ante tanta gente.Llega el doctor –AH¡ Has despertado, tienes suerte chico, te hallamos a la mitad del camino y casi te arrolla un camion me dice¿Y el asaltante? le pregunto¿De que hablas? Estabas solo cuando te hallamosme responde con extrañeza:¡¡No tengo por que aguantar esto!! Me arranco el suero del brazo, la sangre brota el doctor me intenta detener pero lo golpeo salvajemente contra la ventana, las enfermeras gritan de espanto, no me importa.Tomo mi gabardina y salgo del hospital, afuera llueve otra vez. Camino hacia el oeste sin esperar nada, ¿Cómo pudo desaparecer ese tipo que trato de asaltarme?, ¿estaria soñando?.Camino….Oye, espera oigo que me llaman, volteo para ver quien es…¡Joder! Otra vez esta perra.¿Cómo estas? Desapareciste sin decir palabra y me dio miedo el lugar donde estabas me diceNadie te obligo a entrar con una pistolarespondo con frialdad y siguiendo mi camino.Quisiera conocerte me diceNo me querras conocer por que si no seria lo ultimo que conozcas le digoLo se por que…me gustaria ser tu noviaLa volteo a ver, lo unico que atino a hacer es soltar una sonora carcajada.¿Tu? ¿MI Novia? No seas ridicula niña. Solo estoy mejor y tu tambien, ademas no eres lo que yo busco eres una mocosa fresa y para mi no tienes valor. ¡¡Largate!!Ella no se rinde, me toma por el brazo.Dame una oportunidad Me dice tratando de ser tierna.Su actitud me repugna y la ignoro.Ella me rodea y se para frente a mi, y sin mas me besa, no doy credito a lo que hizo solo siento algo especial, ¿Sera eso? ¿Lo estare sintiendo? ¿Sera…?De acuerdo, sere tu novio le respondo.¿De veras? ella brinca de alegria y me abrazaSi te arrepientes no sera mi culpa le digo con frialdadNo me arrepentire lo se me responde besandome….JUNIOJULIOAGOSTOSEPTIEMBREOCTUBRENOVIEMBREEmpieza el mes y ya no aguanto mas a esta mocosa, todos los dias con sus malditos mensajes cursis, y llamandome a todas horas, ya no lo aguanto mas.Meses de estar en esta situación ya, por favor ya.Suena el telefono, de seguro es ella.¿Cómo estas amorcito?me dice al otro lado de la linea¿Qué necesitas?respondoVeras, mis papas no estan y quiero hablar contigo, por favor ven a mi casa ya. Te espero, te amo y colgoNi siquiera yo se como he podido aguantar esto, si mi naturaleza me lo prohibe…paciencia.Llego a su casa y toco el timbre, ella abre.Pasa mi amor entro a la lujosa residencia y me dejo caer pesadamente en un sillon de la sala.Ella se sienta junto a mi y toma mi mano.Veras Te amo y quiero darte algo aunque no seas el primero me dice¿Qué es?pregunto sin interes.Ella sube a su habitación y me lleva con ella en su habitación me besa con lujuria..provocandome.Esto me dice.Poco a poco comienza a quitar mi ropa superior y cuando deja mi torso desnudo me tumba sobre la cama, le sigo el juego, afuera llueve, arranco su blusa y su sosten dejando libre sus senos blancos.Ella parece disfrutarlo, baja mis pantalones y mis boxers y comienza a lamer mi miembro, el sexo oral no resulta placentero para mi mas sin embargo trato de seguir le juego para no arruinar nada.Me poso sobre ella y comienzo a bajar, le quito los jeans y su ropa interior y le hago sexo oral, ella grita de placer y me pide mas….Subo a su cuerpo y cuando la penetro ella grita aun mas, afuera sigue lloviendo, sobrevino el primer orgasmo y su cuerpo se arqueo. Me pide que no pare.Subo mi cuerpo y pego mi boca su oreja, tomo algo de mi gabardina.Te dije que te arrepentirias susurro a su oido…………….Cuando el tipo me amenazo por tercera vez yo di un giro brusco, tome su muñeca y la gire 180 grados.El tipo de aspecto cholo se retuerce de dolor, tomo su navaja y con ella le saco los ojos, los gritos de dolor son ahogados por mi brazo en su boca, lo acuchillo una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, once, veinte, treinta, cincuenta veces, cuando mi ira estuvo saciada, tome el cuerpo desangrado y lo tire a una alcantarilla que estaba abierta por obras, tardarian en encontrarlo, me quedo con al navaja. Al regresar la adrenalina me pesa y sin mas me desmayo junto al camino……..Ella me ve a los ojos y me dice:¿Por qué me arrepentiria de esto?Por esto respondoElla ahoga un grito de dolor, la sangre mancha las sabanas blancas, ella no puede gritar y yo presiono mas.La sangre sale de manera abundante, antes de que ella pierda el conocimiento le digo:Por que soy un..ASESINOElla se desmaya, tardara una media hora en morir, me visto lentamente, bajo a lavar el cuchillo y por agua.Subo de nuevo ella ha muerto pero no conforme con eso, la decapito y dejo su cabeza en el cuarto de sus padres ¡¡¡QUE SORPRESA SE LLEVARAN!!!Dejo una nota que dice asi:“SU HIJA NO SABIA CON QUIEN SE METIA, AHORA PAGO EL PRECIO.ESTO ES UN REGALO DE MI PARTE.SINCERAMENTE SUYO:El Poeta De La Sangre”Salgo de la residencia, afuera sigue lloviendo con fuerza dejo que la lluvia me empape, camino sin rumbo y me desplomo en una banca de un parque cercano…..Amanece las patrullas rodean la casa de ella, me levanto fugaz pero estan demasiado ocupados para notar mi presencia, me oculto detrás de un arbol, una señora llora desconsolada mientras un tipo la abraza, supongo que son sus padres. El forense saca el cuerpo de la casa, JAJAJAJA ESTUPIDOS, si supieran quien fue y que lo tienen en sus narices.Me doy la vuelta y me voy….Anochecio y sentado en esta banca de piedra, mi naturaleza es matar pero mato con poesia y como el amor es poesia lo hago por ese metodo, quiza sere frio pero cuando me decido y siento lo que senti con ella no me detendre.Y no lo hare hasta limpiar de mierda este mundo, El Poeta De La Sangre seguira trabajando..bajo la lluvia……..Hola, eres algo extraño pero muy guapo dicen a mi costado.Bajo la lluvia…….PER ENDE

El guardian del espejo



Las sombras de los árboles danzan moribundas mientras que el sol es devorado en el horizonte. En la feria, las siluetas se vuelven mas lóbregas a medida que la oscuridad invade el recinto avanzando silenciosa e implacable, deslizándose suavemente entre los charcos de endeble luz que tratan inútilmente de detener su paso. El aleteo de los murciélagos avisa sutilmente que la noche ha llegado. La luz viciada, gotea y se derrama pesadamente sobre aquellos que hacen guardia en sus salones, deja entre ver sus rostros pálidos, carentes ya de emociones humanas pero muy habituados a la sonrisa forzada que a diario dibujan para atraer a sus compradores y llenar sus bolsillos.Alicia no era particularmente fanática a este tipo de feria de antigüedades, un lugar tan escaso de vida no era lo que ella tenía en mente al llegar. Las pocas personas presentes se aglomeraban a la entrada de los salones donde se exhibían productos tan inútiles como novedosos; todo tipo de cosas de las cuales se ignora su existencia pero al verlas es difícil imaginar una vida sin ellas. Alicia se sentía indignada, aquel lugar no era mas que una repugnante feria de pueblo, no paso mucho tiempo antes que buscara la manera de escapar de aquel lugar, pero antes de marcharse, algo llamo su atención, algo extrañamente viejo parecía querer esconderse al fondo de aquel lugar, un salón inusualmente antiguo e inusualmente genuino en comparación al resto de aquella decadente feria.Aquel ultimo salón se encontraba iluminado por la luz de una lámpara de aceite, lo que le daba al mismo, una aura densa, con un cierto toque de misterio. Al acercarse, Alicia pudo ver en la entrada a la guardiana del salón, no podía distinguirse muy bien pero era con seguridad una anciana. La lámpara se encontraba directamente encima de aquella vieja, la luz tambaleante se escurría hacia abajo en todo lo que le rodeaba, la sombra de la anciana y los objetos que la circundaban, se contorneaban en el suelo formando muecas que por momentos parecían cobrar vida. Aquello era todo un teatro sepulcral, brindando un espectáculo tan tétrico como espectral.Cuando Alicia se encontró en la entrada del lóbrego salón, pudo ver con más detalle a la anciana, quien levanto la mirada del suelo por un momento para cruzarla con la de su visitante. Alicia se inmutó al ver el rostro grotesco de aquella vieja, un rostro tan extraño que era imposible saber si era vieja de tan fea o fea de tan vieja… y es que no solo era fea, era repugnante. Sus cabellos eran casi tan grises, verdosos y ralos como sus dientes, sus ojos escurridos hacia abajo semicubiertos por parpados caídos reflejaban la enorme tristeza y soledad de aquella persona, casi inspiraba lastima, aquella anciana era sencillamente patética, pero, extrañamente, aquellos ojos no reflejaban la vejez que se encontraba ya bien marcada en cada arruga y verrugas de su cara. Con voz temblorosa y quebrada, le dijo casi sin fuerzas:No es muy común que una linda chica como tú venga a un lugar como este – tosió la vieja un par de veces y luego se aclaro la garganta – entra linda, y llévate lo que te guste…Al terminar de decir aquella última palabra la vieja regreso su mirada hacia el suelo como extenuada por haber hecho un enorme esfuerzo al hablar. Alicia, por su parte, parecía casi hechizada por la impresión que le había provocado el rostro de la vieja; un parpadeo esporádico le hizo reaccionar y solamente como un reflejo, asintió amablemente siendo incapaz de ocultar la expresión de repulsión que le había perturbado en ese momento.Al dejar de lado a la anciana y adentrarse en el salón, era evidente el porque una vieja tan decrepita era la guardiana de tal lugar, pues en su interior todo parecía ser tan o mas viejo que ella. Lámparas, sillas, relojes y toda clase de baratijas de por lo menos un siglo de antigüedad; habían objetos que podrían fácilmente haber pertenecido al mismo Cristóbal Colón. Alicia, al ser tan modernista y presuntuosa, no parecía encajar en lo mas mínimo en el lugar; veía, sin ningún interés obvio, los artículos uno a uno, llegando a lo sumo, ser alguno de ellos levemente interesante. Cuando Alicia se disponía a salir, vio en una esquina del salón, detrás de algunas viejas pinturas al óleo, un extraño brillo que vislumbro fugazmente a un costado de su campo visual, si bien no duro tanto como para asegurar que lo había visto, fue suficiente como para sembrar la duda. Volvió de inmediato su mirada hacia aquel lugar, viéndolo fijamente queriendo agudizar la visión, permaneció inmóvil por un momento, observando fija hacia aquella esquina escudriñando el lugar con los ojos… nada. Pero luego, en el justo momento que Alicia quito la mirada de aquel rincón, la sagaz luz apareció otra vez, e igualmente como antes, durante apenas una fracción de segundo, pero sin embargo era suficiente como para asegurarse que aquello era cierto. Alicia se acerco directamente a aquel rincón y tras remover cuidadosamente todas las pinturas una a una se topo con una borrosa imagen de si misma… era un espejo, un viejo espejo cubierto por completo de polvo, parecía tener un siglo de antigüedad y medio siglo de polvo encima.Con mucha cautela, la joven saco el espejo del olvido, lo coloco sobre un estante y suavemente removió los años de polvo que le cubría. A diferencia de la anciana, los años parecían haberle favorecido al espejo, era lo suficientemente grande como para reflejar una imagen de cuerpo completo y adornado con un grueso marco de madera de ébano negro, evidentemente tallado a mano con hermosos rostros femeninos intrincados entre refinados adornos dorados ennegrecidos por el tiempo. Cuando Alicia se vio en el espejo, todo a su alrededor se volvía borroso, todo perdía importancia realzando así la imagen mostrada en el espejo, ella se encontraba maravillada por aquel objeto, no era tanto la belleza del espejo lo que le atraía sino lo que se reflejaba en él; ella veía su reflejo y si bien ella se consideraba hermosa, pensó que aquel espejo le hacia ver aun mas bella.La joven no lo dudó y salio en busca de la anciana, pero ésta ya no estaba, y recordando convenientemente las paradas proferidas por la vieja “llévate lo que te guste…”, tomo el espejo y con mucho esfuerzo lo saco del salón para llevarlo a un nuevo hogar, a su casa. La luz de la luna que ya comenzaba a menguar, rociaba parcialmente la feria con tristes gotas de luz, la vieja dejaba entrever su grotesco rostro que, en la distancia, observaba a aquella vanidosa joven cargando dificultosamente aquel antiguo objeto mientras se decía a si misma: “muy pronto seré libre…”, luego se dio la vuelta, desapareciendo al mezclarse entre aquellos pocos curiosos que visitaban la extraña feria.Alicia tardo un par de horas en llegar a su casa, el transporte de aquella pieza de antigüedad se había tornado realmente complicado, pero ella sabía que valía la pena. El reloj sonó anunciando las tres de la mañana, coincidente también con el canto (que parecía mas un alarido) de los gallos a la distancia, los perros habían comenzado a aullar y ladrar en las calles que rondaban la casa de Alicia y los gatos hacían también lo suyo en el mismo momento, corriendo pesadamente de manera alocada sobre el tejado mientras gruñían fuertemente entre si. Pero poco le importaba esto a Alicia, quien en ese preciso momento había terminado de instalar su nueva adquisición, no pudo resistirse ante el deseo carnal de verse reflejada en el espejo, todos los ruidos del exterior enmudecían gradualmente a la vez que los objetos que le rodeaban so volvían borrosos poco a poco, creando una visión de túnel, donde lo único que destacaba, lo único que tenia importancia, era la imagen que se reflejaba en aquel viejo espejo. Alicia era realmente bella, y en el espejo lo era aun más.Los días pasaban y Alicia salía cada vez menos de su casa, se había deshecho de todos los espejos restantes en la casa pues pensaba que eran defectuosos y no la reflejaban tal cual era. Pasaba horas frente a aquel viejo espejo cepillándose el cabello o simplemente posando y observándose a si misma, era tanto el tiempo que pasaba sola y encerrada en casa que había comenzado a preocupar a sus amistades. El aislamiento había comenzado a hacer efecto en Alicia, tornándola mas antipática y ansiosa. El poco tiempo que pasaba con sus amigas, no podía dejar de pensar en el espejo, quería verse para maquillarse y corregir los cabellos que no estuviesen en su lugar, estaba convencida que aquel era el único espejo que la mostraba tan bella tal cual ella realmente era, por eso no podía utilizar otro. No paraba de hablar de su belleza y de pensar en el momento de regresar a casa para pasar horas nuevamente viéndose en él. Su carácter parecía haber cambiado tanto que era casi intolerable, y no era solo el carácter, sino también su físico, ese estilo de vida ermitaño estaba comenzando a hacer mella en su rostro, tantas horas de desvelo por verse frente al espejo estaba comenzando a marcar fuertes ojeras, su cabello lucía reventado, había comenzado a caerse cansado ya de tanto cepillar. Nadia, una de sus amigas, quiso hacerle ver a Alicia esta situación, pero ese fue el detonante, eso fue lo que convenció a Alicia que sus amigas estaban plagadas de envidia, envidia hacia ella, celosas por su incomparable belleza. Esa fue la razón por la cual Alicia corto el contacto con sus amigas, la sociedad entera y el mundo, su nuevo mundo era ella y su espejo, eso era todo lo que necesitaba.El tiempo transcurría sin cesar haciendo estragos en el rostro y cuerpo de Alicia, pero el reflejo en el espejo cada día se volvía mas bello, era como si se alimentara de la belleza de su anfitrión, succionaba la vida de la joven para mantener la suya propia, el bello rostro de su dueña se labraba poco a poco en la madera de ébano negro del espejo, Alicia no se daba cuenta de ello, pues lo único que ella tenia era su espejo y ahí veía solo lo que quería ver. No tuvo que pasar mucho tiempo antes que ella perdiera su trabajo y a falta de ingresos comenzó a vender todos sus bienes uno por uno. Se había vuelto demasiado orgullosa como para pedir ayuda, demasiado vanidosa como para aceptarla, demasiado ermitaña…Nadia siempre intento acercarse a su amiga y aunque esta nunca se lo permitía intentaba no estar tan alejada, hasta que la misma Alicia hizo que el contacto se hiciera imposible. Un mes después, al no saber nada sobre su amiga, Nadia entro a la casa de Alicia rompiendo vidrios y forzando la puerta, lo que encontró podría describirse mejor como lo que no encontró, la casa estaba vacía, en lo absoluto, no había ahí ni un mueble ni rastro alguno de Alicia ni su espejo, se había ido, Nadia no aceptaba del todo aquel hecho, la busco durante algunos meses pero sin resultado alguno, “quizás comenzó una nueva vida, quizás ahora este mejor”, trataba de convencerse a si misma.Un año después, en una fría noche melancólica, Nadia se encontraba en una feria local, tan extraña como lúgubre, la luna que había comenzado a menguar rociaba gotas de tristeza sobre las personas que asistían a la feria haciéndolas parecer almas en pena rondando en el purgatorio. La endeble luz intenta abrirse paso entre las mareas de sombras que cobran vida revolcándose en el suelo, al final, justo al fondo de la feria, hay un salón, coronado con la luz de una lámpara de aceite, débil y malicienta deja entrever el rostro de una anciana, ya deformado por el tiempo dándole un aspecto mas que feo, repugnante, patético. Nadia, al acercarse, no pudo disimular su cara de repugnancia y casi lastima hacia aquel rostro, pero atrás de tanta arruga, en medio de todas las verrugas y grotescos bellos faciales, escondidos bajo los voluptuosos parpados que cedían ante la gravedad, se encontraban un par de hermosos ojos azules que, de alguna extraña manera, no encajaban en lo absoluto con el resto de aquel decrepito cuerpo; eran un par de bellos ojos que Nadia simplemente no podía pasar por alto… y que le eran tan familiares:La conozco? – dijo Nadia refiriéndose a aquel vejestorio alguna vez mujerNo lo creo – dijo con voz lenta y temblorosa la vieja – no es común que una linda chica como tu venga a un lugar como este – la vieja tosió y se aclaro la garganta – entra y llévate lo que te guste.Nadia parecía casi hechizada por la impresión que le había provocado el rostro de la vieja; un parpadeo esporádico le hizo reaccionar y solamente como un reflejo, asintió amablemente siendo incapaz de ocultar la expresión de repulsión que le había perturbado en ese momento.La anciana, fatigada por el esfuerzo, volvió a tomar su lugar. Solo habían pasado algunos pocos minutos cuando un brillo fugaz se escapo desde adentro de aquella habitación, la anciana vio hacia dentro del salón pensando: “el espejo la eligió, pronto seré bella otra vez”, luego, poco a poco y arrastrando con pesadez cada paso, se fue alejando hasta mezclarse con las demás personas que bajo la endeble luz, parecían ser almas en penas que vagan en el purgatorio…

martes, 25 de agosto de 2009

Encuentro

Gotas de lluvia golpeaban parsimoniosamente la delgada ventana de cristal, él estaba mirando la pasiva lluvia sin prestarle atención. Tenía otras cosas en mente, pero en realidad de todas esas cosas solo una predominaba en su mente: su novia. ¿Hace cuánto que la perdió? Dos semanas mínimo. Estaba complemente seguro que jamás lo volvería a ver, que ella escapó de sus manos...ahora los dos estaban en dos mundos muy opuestos. Él atado a esta vida, sin apatía de nada. Aglomeradas memorias fluían por su melancólica mente, todas ellas recuerdos de su amor. Podía ver claramente como ambos se tomaban de las manos y giraban sin parar en el jardín trasero de la casa, riéndose de la hermosura de la vida sin importarles que sus vestimentas su humedecían por torrente lluvia. Lluvia, lluvia, lluvia, era como si Dios comprendiese su inmenso dolor y llorará a la par de él.Se paseaba como un zombie por su casa, no comía, mucho menos dormía. No descansaba en paz. Ella se fue para siempre y no estaba segura de volverla a ver.Todo fue por culpa de ese accidente automóvilistico donde la muerte no tardaría en aparecer y se encargaría de separarlos. De aspecto jovial y alegre se transformó en un taciturno y macilento muchacho de 20 años. Hablando de edad, ¿cuánto perduró su amor por ella? Solo 5 años de asombrosa felicidad. Él solo esperaba el momento de reunirse con su amor, mientras permanecía en el rincón oscuro de su habitación, viendo como las gotas de lluvia agolpaban la ventana, tratando de consolar una alma quebrada.Se despertó súbitamente, era como si todo hubiese sido un sueño o una pesadilla. Se sobresaltó al ver las agujas insertadas en su brazo. Movía los ojos recuperando poco a poco la visión. Estaba en una habitación bien iluminada, todo de blanco. Se percató que estaba tendida en una cama. Se trataba de un cuarto de hospital y ella estaba recuperándose paulatinamente.Un flash la iluminó repentinamente, una cruda escena de un choque automovilístico donde ella logró salir con vida, más no así alguien más, pero no lo recuerda porque ese ensordecedor estallido retumbó en sus tímpanos. Había alguien sentado en el volante, solo una difusa silueta apareció sin poder recordar. Solo ese mortal estallido donde el conductor no sobrevivió...¿quién era?Lanzó un grito al recordarlo todo: se trataba de él, de su amor quien pereció en el fatal accidente. Inútilmente lo llamaba por su nombre como si gritando haría hacerlo volver. Al escuchar los sollozos y gritos de inmediato acudieron las enfermeras. Mientras ella estaba en shock las enfermeras la ayudaron a tranquilizarla con una inyección. Ella no quería y se decidió debatir por no ser inyectada, solo quería que su amado volviese, aún la escena del estallido del auto se manifestaba vivamente en sus ojos. Finalmente la aguja atravesó la piel del brazo y ella se sumió en un trance, cayendo letargada. Antes de cerrar los ojos, si su mente no le estaba engañando, vio un joven parado en la puerta de cuarto. La miraba con tristeza ¡era él, había regresado! Volvió a nombrarlo y se sumió en las profundidades del sueño. Al día siguiente se encontraba despierta en compañía de su angustiada madre. Ella no hablaba, solo mantenía la vista al techo sin platicar con nadie. El amor de su vida se fue para siempre, y ella lo estaba esperando. No permitía que le dieran de comer, las noches se volvían largas al no dormir ¿Cuándo vendría él? Sin él no era nada, solo una mancha en el vacío. Después de tres días la muerte vino por ella, fue una muerte deseada: morir sin darse cuenta mientras reposaba en la cama, posteriormente un desborde de lágrimas anunciaron su partida al más allá. Una melancólica madre se hallaba en su casa, limpiando y viendo el altar que preparó para su recién y fallecido hijo. Contempló la foto donde sale abrazando a la chica de sus sueños, a su amor. No soportó más y se dirigió a la parte trasera de su casa, mientras aseguraba que la presencia de su hijo estaba en la casa, no le importaba que la llamará su propia familia loca al mencionar incontables veces que sentía a su hijo en el hogar. Solo se ganaba el escepticismo de todos acompañadas de explicaciones lógicas y científicas. La adolecida madre no prestaba atención ante esos comentarios. No sabía explicar si existía un más allá, pero nadie en el mundo le quitaría esa idea de la cabeza de que su hijo permanecía en el hogar, como esperando a alguien. La lluvia la distrajo un poco y miró por la ventana que del al jardín trasero, junto al bebedero de aves vio como dos siluetas se formaban lentamente hasta adquirir la forma de su hijo y de la novia. Sensación de paz y tranquilidad transmitían aquella pareja. Al parecer la muerte no separa todo, ellos lograron unirse de nuevo. Como en aquellos días donde la vida los recibía, de nueva cuenta se cogieron de las manos y se abrazaron mutuamente, un cálido beso los hizo compartir sus sensaciones alocadas de un insólito amor. La luna iluminaba aquella escena. Estaban de nuevo juntos.La madre solo se limitó a soltar escasas lágrimas, pero no de tristeza sino de bienestar al presenciar el encuentro de dos almas unidas. Al fin su hijo descansaría en paz en compañía de aquella persona que le demostró la felicidad oculta de la vida.

martes, 21 de julio de 2009

"La aparecida"

Francisco era un hombre que se quejaba de y por todo. Trabajaba de mantenimiento en un edificio que quedaba a 10 cuadras de su casa.Un dia, el personal del edificio dio una fiesta en un terreno muy lejos del edificio. Francisco fue invitado.Llego el dia de la fiesta y no sabia que ponerse. Al fin opto por una camisa blanca y un saco negro. Saco al coche del garage y se fue.La fiesta era muy aburrida, segun el, y decidio marcharse. Saludo a algunos compañeros del trabajo y se marcho. Iba en el auto escuchando un cd de musica clasica, era su favorita. Noto que el camino se habia vuelto mas largo y cuando se dio cuenta aparecio en un lugar desolado. Ya era de noche y Francisco no llegaba a su casa. A lo lejos pudo destinguir a una figura, era una chica. Francisco la alcanzo y pregunto "queres que te lleve?" La chica no respondia. Volvio a preguntar lo mismo la chica desaparecio. Francisco estaba muy confundido. Escucho un golpe. Era la puerta de atras. Miro muy asustado y vio a la chica sentada, tranquila, en la parte de atras. "A donde te llevo?" pregunto Francisco. "A Lomos 102" contesto la chica. Francisco acelero, queria llegar cuanto antes a su casa. Estaba muy cansado. Mientas iban camino a la casa de la chica Francisco no escuchaba rastro de la chica. Pero aun estaba sentada atras. "Bueno" dijo Francisco "llegamos". La chica habia desaparecido una vez mas! Confundido y aterrado a la vez, Francisco bajo del coche y toco el timbre de la casa 102. La casa era muy vieja, casi abandonada. Al fin salio un viejo. Francisco conto todo lo que habia pasado. El viejo lo miro a Francisco con una cara rara. Mientras el viejo la contaba la verdad, Francisco lo miro aterrado. "Esa chica que me contastes era mi hija. Si, te digo era porque murio. Tenia tan solo 10 años. Desde su muerte muchos automovilistas llegaron en la misma situacion que usted". "Pero porque?" dijo Francisco. "No tengo tiempo" dijo el viejo y desaparecio en el interior de la casa. Aterrado, Francisco camino hacia su auto. Pero alguien o algo lo impidio. Así el me lo conto, tambien me dijo que lo ultimo que recuerda es haber visto una sombra. Tambien me dio una advertencia: si estan en un lugar desolado y de noche tengan cuidado con las personas. Algunas resultan ser buenas, otras resultan ser malas. Así que tengan cuidado con "La aparecida".

La promesa

“Papi, no te mueras papi”Sus palabras se repiten en mi memoria…“papi, no te mueras papi”Lo decía incansablemente, una y otra vez… como si fuese una retahíla… “papi, no te mueras papi”Lágrimas en sus ojos, dolor en su mirada, suplica impregnada en cada una de sus palabras…“papi, no te mueras papi”537 años atrás… Moscú, Rusia.Me encontraba enfermo de alta fiebre, hacía días que deliraba, que casi no podía mantener los ojos abiertos, no probaba bocado… si lo hacía terminaba devolviéndolo, había adelgazado demasiado, en pocas palabras… estaba falleciendo. Mi familia había quedado reducida a solo dos miembros: Shúrik, mi niño, mi pequeño… mi hijo, de apenas seis años, y yo…Evgeni.Elena, mi amada esposa desgraciadamente había fallecido al traer al mundo a nuestro primogénito.Anna, nuestra vecina venia algunas veces al día para saber como estaba, solía ponerme compresas de agua fría y medicarme con cuanto menjurje supiera, vivíamos a las afueras de Moscú, alejados por días de un médico para que me atendiera.Recuerdo que estábamos a mediados de agosto, era tarde, el crepúsculo llegaría de un minuto a otro y mi salud declinaba cada vez más… mi respiración era forzosa, y mis lamentos peores, pero entre tanta gravedad aun podía escuchar la voz de mi hijo llamándome a permanecer a su lado.papi, no te mueras papi.Lloraba y me hablaba entre sus sollozos... y contra mi voluntad no podía hacer nada, parecía sumergido en un sueño, mis parpados pesaban demasiado no podía abrirlos, las palabras se ahogaban en mi garganta convirtiéndose en algo in entendible para mi niño.No me vallas a dejar… prometiste que estarías para siempre a mi lado, no me puedes dejar, papi.Pero entre tanta confusión me pareció escuchar la voz de un adulto, no la reconocí… y me pregunté quien sería ese desconocido que entraba en una casa sin pedir permiso a los habitantes principales.no llores más niño, que la enfermedad de tu padre tiene solución.eh, ¿Quién es usted?shhh, soy alguien muy bueno que quiere ayudar a tu papi…enserio… ¡¡entonces ayúdelo!!¿Ayudarme?, como podía ayudarme ese hombre… ¿acaso era medico?, bueno quizás Anna había logrado que su esposo fuera por uno a la ciudad… pero eso no podía ser, el no se encontraba… entonces ¿Cómo se había enterado de mi enfermedad?si... lo voy a ayudar… pero eso tiene un precio mi pequeño, ¿podrías pagarlo?pre… precio… le daremos todo lo que podamos, verá que cuando mi papi se recupere le dará todo lo que pida… lo que yo quiero no es en si una renumeración.¿en.. entonces que desea, señor?algo más valioso que lo material que poseas.eh… no tenemos nada más valioso, señor.Mi niño se escucho triste con esa declaración, ¿algo más valioso que lo material?, él era muy pequeño como para comprender eso, ¿más valioso?, ¿acaso se refería a nuestra vida? ¿mi vida… o la de él?, no… que se valla, quería decírselo pero no pude…. Estaba demasiado cansado…claro que lo tienes pequeño, y si me lo das tu padre se recuperará enseguida.si dice que lo tengo, entonces tómelo, es suyo, pero haga que mi papi se sienta mejor..eso es todo lo que quería escuchar, niño. Escuche que sus pasos se acercaban a mi lecho de convaleciente y sentí como se detenía cerca de donde estaba mi niño.eh… espere que hace señor… ¿Qué hace? Que le hace a mi niño…shhh solo relájate, que esto no dolerá demasiado…¿Dolerle? Que le estaba haciendo ese hombre a mi hijo. Escuche algunos sonidos ahogados… me estaba desesperando.. ¿Que sucedía?… haciendo un esfuerzo sobre humano logré abrir un poco los ojos… no me agrado lo que vi.Un hombre ataviado con finas vestimentas de cabellos lacios oscuros un poco largos, ya que le cubrían el rostro, estaba cargando a Shúrik en brazos, su cabeza estaba inclinada hacia el cuello de mi niño… él hacia gestos de dolor… mientras apretaba fuertemente sus ojitos… Quise gritar que lo dejará, levantarme y quitárselo de las manos pero lo más que llegue a hacer fue a medio levantar un brazo en protesta de lo que le hacia a mi hijo.Pasados algunos minutos que a mi parecer fueron eternos… ese hombre abandono el cuello de mi hijo; su respiración era muy sutil a penas y podía ver como su pecho se contraía y expandía... pero estaba vivo… sus ojitos se abrieron y me miraron… me sonrió… después desvió su mirada y miro al hombre… esperando que cumpliera con su palabra…El alzó una ceja y su gesto parecía una mezcla entre sorprendido e indignado, depositó con cuidado el cuerpo de mi hijo en una silla próxima a la cama, se acercó a mi con una sonrisa burlona entre sus labios…tu hijo quiere que te recuperes… ya pago el precio… así que no me mires de esa manera ya que vas a “vivir”, solo un “poco” más… jajajajaja.Sentí que sus palabras eran pronunciadas con ironía y sarcasmo, y no entendía por que, mi mente, estaba colapsando ya veía demasiado borroso, “no moriré… siempre esteré aquí” fue el ultimo pensamiento coherente que tuve; me agarro del cuello del camisón que traía puesto y me medio incorporó sin gran esfuerzo, parecía un muñeco entre sus manos, lo ultimo que recuerdo antes de caer en las brumas de la inconciencia son sus ojos cafés claros y… dos colmillos, demasiado grandes como para pertenecer a un humano, en su boca. Cuando desperté no sentía más dolor, estaba desorientado y los recuerdos venían a mi como si fueran alguna especie de flash, solo una vela iluminaba la estancia, pero aun así mis ojos se fueron adaptando a la oscuridad... me sorprendí estaba mejor y parecía como si nunca hubiera estado al borde de la muerte.Me levante de la cama, mis pies descalzos se desplazaron sobre la fría madera, pero aun así no lo sentí y tampoco le presté atención en ese momento, me dirigí a la habitación de mi niño.Estaba recostado en su cama, sus bracitos sobre su pecho, esa postura siempre se la reproché, ya que cada vez que hacía eso solían darle pesadillas; sonreí, se pondría muy feliz cuando me viera recuperado… no moriré… siempre esteré aquí… fue un mormullo dirigido solo a él, quería que me escuchara, pero no quería despertarlo.al fin despertaste… que bien, tu cena te espera…eh, ¿mi cena?No me había dado cuenta de su presencia hasta en el momento en que hablo.Cena. Como si esa palabra fuese mágica un hambre atroz me invadió. Me paso una copa con vino tinto, al menos eso pensé, la bebí… un sabor metálico recorrió mi garganta… pero en vez de parecerme desagradable cada célula de mi cuerpo pareció gritar por más en el momento en que bebí la ultima gota.Mis ojos buscaron con desesperación más alimento y el muy amablemente me condujo donde había… Anna… sus ojos lloraron y sus labios me suplicaron por que no le hiciera daño… más mi sentido del oído pareció desaparecer en ese momento, solo lograba percibir el latido desmesurado de su corazón… y eso era música para mi… una melodía digna de escuchar… Al acabar pensé en mi hijo y me dirigí a verlo…Se encontraba exactamente igual que como lo había visto… y eso no estaba bien, él siempre solía removerse entre sueños.Me acerque lentamente hacia su cama y entonces me di cuenta……no respiraba…Estaba muerto.Y mi alma murió con él.Me enfurecí… temblaba de ira… y grité, una y muchas veces más, pero el no despertó… se veía tan pacífico, tan tierno, mi niño… tan lindo.Mi conciencia reclamaba venganza… más no me deje cegar, sabía que mis fuerzas eran inútiles en ese momento... así que solo deje pasar el tiempo… mucho tiempo.Cuando el momento de obtener la venganza llego no la disfrute demasiado…Ya que al decapitar a mi creador, mi maestro, a mi compañero de eternidad… el asesino de mi hijo… él… sonrió… yo quería que sufriera, pero me sonrió… y lo odie tanto como me odio a mi mismo…Año actualLos Ángeles, Estados Unidos.Dos sonrisas se conservan intactas entre mis recuerdos…Una de esperanza, ilusión, cariño y amor.La otra de agradecimiento, perdón, disculpa, y amor.En las dos había amor, cada uno a su manera mi pequeño Shúrik me amaba como se ama a un padre, y Louis como se ama a un hermano, y aunque me cueste admitirlo llegue a apreciarlo un poco, y hasta hoy en día ninguna de las dos heridas sana.Aun permanezco, intacto en el tiempo, atado a la promesa de no morir…Mi salvación… su condena… mi vida… su muerte… mi eternidad… su eternidad en mi memoria…Sus cabellos castaños imposibles de peinar, sus ojitos almendrados, su tierna sonrisa, su dulce voz… Su eterna inocencia plasmada para siempre en mis más bellos recuerdos,Son mi mayor tesoro y a la vez mi peor tormento.“papi, no te mueras papi…”…y sigo aquí…

El visitante nocturno

La oscura mancha se escurrió bajo la puerta avanzando lentamente como una impávida sombra que vaga libremente sin la esclavitud de su amo.El demonio del sueño rondaba en mi habitáculo, mas esta vez, no me había dejado vencer.La noche se precipitaba encima nuestro mientras de aquella mordaz sombra amorfa comenzaba a emerger una silueta.Un gato.Negro y grotesco como tal. Morbosamente deformePero era innegable que aquella sombra había transmutado su silueta para emular aquel repugnante gato.Sus ojos asimétricos me observaban fijamente. Parecían casi ojos humanos, o por lo menos irradiaban un atisbo de humanidad tras su horrenda deformidad. Negros y profundos como tal.Parecían esconder tras de si, una sabiduría absoluta.Su sombría anatomía era diminuta, en contraste con su presencia que no era menos que abrumadora.Absorto por la soberanía que inspiraba aquella malévola visita nocturna, me vi obligado a arrodillarme para reverenciar su absoluto poder.Aquel… ente, no podría llamarlo de otra manera, se acerco hacia mi y comenzó a regurgitar hasta vaciar completamente su estomago.El fluido era mayormente rojo carmesí, tornábase morado y verduzco también. Viscoso y fétido como cualquier fluido corporal descompuesto.Mi alegría se acrecentó cuando me permitió alimentarme del producto de sus fauces.Repugnante y obsceno como tal.El dolor y la angustia menguaban a medida que mi estomago se retorcía al probar bocado tras cinco días de abstinencia obligada.Finalmente mi hambre se vio saciada.Alcé la mirada hacia mi benefactor.Aquel ser que aun me miraba fijamente abrió su boca y proclamó con determinación:No te dejare morirMis oídos ingenuos no daban fe de aquellas palabras.Ese ente…Ese ser que aparenta encarnar la maldad pura me concede el mayor de los regalos al librarme de la muerteAturdido por aquella repuesta pregunte:¿Por que?, dímelo tú señor de las sombras, ¿Acaso te has apiadado de mi alma y deseas evitar mi andar en el valle de la muerte? Responde que eso es lo que suplico.El silencio…La nada repicaba haciendo eco en mis oídos.Aquel extraño gato no apartaba su inquietante mirada de mí.El engendro intentaba escudriñar cada recoveco de mi alma ultrajada.Señor – dije –, tú, mi oscuro visitante nocturno, ¿Acaso eres un enviado del averno que desea obtener mi alma? Responde que es lo que suplico.Y el ser me repitió con soberbia aquella infame frase:No te dejare morirMi corazón se aceleraba.El espacio en mi celda se contraía.Esa frase que al principio sonábase alentadora, se volcaba en el dictamen de una sentencia implacable.Señor – le suplique –, ¿Eres tu quien ha escapado del reino de las criaturas de la noche o has sido enviado por los dioses para ser el guardián de mi enajenado cuerpo? Aplaca mis dudas y muéstrame tu rostro para reverenciarte si así lo deseas, te lo agradeceré ferviente, yo te lo suplico.El engendro comenzó a desfigurarse.Abríase su boca mientras se comía a sí mismo hasta transformarse en una masa palpitante que pronto adoptaba una nueva forma.Una figura sombría y grotesca como tal.Una forma incluso mas repugnante que la anterior emergía del engendro.Su cuerpo era el de un cuervo…No, una urraca.Pero su rostro era el de una mujer.El engendro se había convertido en una arpía. Mi mente se idiotizaba por aquel acto, no podía hacer mas que paralizar mi cuerpo dejándolo a merced de la bestia.Sus ojos mal formados tornábanse mas macabros que antes.En su mirada no había nada mas que maldad y odio puros.No te dejare vivir – profirió el pajarraco.Esas palabras me afectaban aun más que las anteriores.Mi mente no alcanzaba a vislumbrar lo que la bestia quería de mí. De todas las formas que pudo haber tomado, adquirió la mas inquietante.Aterrador como tal.Su voz milenaria se alzo para exigirme sus demandas:Bríndame mi tributo.Sublevado por aquel ser, no tenia opción mas que obedecer.Lleve mi mano a un costado y luego de desgarrar y levantar mi piel tome una de mis costillas derechas para ofrecérsela a mi inusual invitado.Gustoso acepto mi ofrenda.Arpía – grite exasperado –, seas mensajero del mal o de la noche ¿Qué deseas?, ¿Por qué me has visitado esta noche?, dime la verdad ¿Me liberaras o me esclavizaras aun mas? Respóndeme que yo te lo suplico.Y la arpía guardo silencio…Arpía, seas angel o demonio, te ruego que tranquilices mi alma perturbada aclarando mis dudas, ¡Dímelo!, ¡¿Quién eres y que deseas?! Responde, te lo suplico.La arpía comenzó a engullirse a si misma formando nuevamente aquella masa palpitante.Mi ser clamaba por esclarecer mis dudas.Mi mente comenzó a rozar la locura a medida que aquella masa tornábase a su nueva forma.Era yo.El engendro mutaba nuevamente para transformarse en mi.No dejaba de ser deforme y grotesco como tal.Era claramente una versión corrompida de mi mismo.Jamás te abandonaré – afirmo la bestia con absoluta seguridad.Me estremecí totalmente al escuchar aquella aberración.Cuando antes anhelaba una compañía cualquiera, ahora deseaba nuevamente mi soledad.Yo soy tu Némesis – me aclaro con soberbia.Fue entonces cuando lo comprendí.La bestia no me dejaría vivir ni morir.No me abandonará.Torturará y a atormentará mi cuerpo, mente y alma hasta que ya no quede nada de ellos.Hasta que los días se agoten y se cumpla la eternidad.La bestia se postró ante mi y yo me alimenté de él hasta que mi hambre se hubo saciado.Por hoy ha desaparecido.Pero regresara al caer de nuevo la noche.El engendro visitara mi celda todas las noches.La bestia será mi Némesis, mi castigo.Me alimentará con su cuerpo y el comerá del mío.Hasta que los días se agoten y se cumpla la eternidad.Mi ultimo relato.Les agradezco sinceramente...

No abras la puerta

Muchas personas piensan que esto que os voy a relatar es una simple leyenda, un cuento o incluso una falsa historia, pero yo lo único que puedo hacer es contárosla, a partir de ahí, sacad vuestras conclusiones. Hace 2 años, estaban en su casa, tan tranquilos, María, una señora de 40 años que se había divorciado recientemente, con su hijo pequeño de tan solo 8 años. Como era de costumbre María se tenía que ir todas las noches a trabajar, debido a que era una mujer con muchas responsabilidades( tanto en su trabajo como en su casa). Pero aquel día sería muy diferente al resto de los demás; ya que, cuando se encontraban cenando vieron en las noticias que un asesino en serie, muy peligroso y agresivo había escapado del centro penitenciario de la ciudad. Lo más grave de la noticia no era que este interno hubiese escapado, lo peor era que había sido visto pocas manzanas cercanas del hogar de la familia. Esto provocó la incertidumbre de María que al irse al trabajo tenia que dejar a su hijo solo en casa. Maria para prevenir desgracias cerró las ventanas, puertas, y le explicó lo siguiente a su hijo: - No habrás ninguna ventana ni las puertas. Aunque llevo las llaves, por si ocurre algo, yo llamaré 3 veces seguidas al timbre o simplemente me reconocerás por la voz y entonces sabrás que soy yo. Llegado el momento, María se fue a trabajar y dejó a su hijo solo. Éste, lleno de miedo, cerró la puerta a cal y canto y se puso a ver la tele para relajar la mente. Al cabo de rato, el chico ya estaba dormido cuando de pronto llaman a la puerta. PON...PON....el chico se despertó y aterrado se dirigió muy despacio hacia la puerta y dijo: - ¿Eres tú mamá?. La respuesta vino con otra serie de golpes acompañados de un susurro escalofriante que decía: JABREME DA PUETA. El niño atemorizado huyó hacia su habitación donde se pasó la noche llorando y esperando a que llegase su madre, hasta tal punto que se quedó dormido. Al día siguiente cuando se levantó se dio cuenta de que su madre no había vuelto. Y aún con miedo se dirigió a la puerta que conducía a la salida de la casa y se encontró a su madre con las piernas cortadas( por lo que no pudo llegar al timbre), la lengua cortada( por lo que no le pudo reconocer la voz) y totalmente ensangrentada. Desde ese día este chico tuvo que estar hospitalizado en un psiquiátrico y no pudo dormir sin sufrir constantes pesadillas........ y si os preguntáis por que sé, es por que, simplemente, soy ese niño.

martes, 7 de julio de 2009

EL HOMBRE DEL MALETIN -.


El hombre del maletín
UNA NIÑA QUE SE DIVERTÍA ATEMORIZANDO A SUS AMIGAS CON BROMAS ES ADVERTIDA DE UNA EXTRAÑA VISITA QUE VA A RECIBIR
Cuando Lorena tenía 13 años solía reunirse con sus amigas del colegio y les contaba historias de terror.
Le encantaban la historias de miedo y estaba bien informada, de modo que se reunían en un banco de un parque cercano al colegio y todas escuchaban atentas los relatos de Lorena.
Conforme oscurecía las chicas se marchaban avisando a Lorena de que si luego no podían dormir "se iba a enterar de lo que era bueno".
Pero siempre era en tono de broma.
Una tarde le relató esas historias a una amiga de clase.
Estaban en la habitación de Lucía, cuya casa estaba a unos siete kilómetros de la casa de Lorena (luego se tendría que ir andando y sola).
Cuando Lucía tenía suficiente miedo le dijo: "ahora te voy a contar yo lo que te va a pasar y verás quién pasa miedo". Y le dijo: "cuando vayas a casa un señor con un maletín, vestido de negro y con bigote te seguirá para matarte."

El trayecto hacia casa lo hizo con una psicosis total: toda la gente parecía querer traspasarle con la mirada, pero ella sabía que era pura sugestión, de modo que el miedo que pasó fue relativo.
Lo que realmente podía asustarle era el hombre del maletín, vestido de negro y con bigote, y de esos no hubo
ninguno en todo el camino.
Llegó a casa y comprobó horrorizada que no funcionaba el ascensor.
Aunque aún le faltaba un año para tener permiso de uso del ascensor lo cierto es que vivía en un octavo piso y siempre que podía, cogía el ascensor.
Tuvo que subir los ocho pisos a pie, y su desconsuelo fue mayor cuando su madre le dijo que bajara la basura:
- ¡Pero si no va el ascensor!. -Se quejó inútilmente.

Y entonces cogió la bolsa de basura y comenzó a bajar despreocupada... pero a mitad de camino las piernas se le aflojaron y casi perdió el equilibrio. Frente a la puerta de una casa, mirándole ahora a ELLA, había un señor trajeado de negro, con bigote y un maletín.
Con los nervios a flor de piel, casi a punto de gritar y las piernas temblando, corrió escaleras abajo a punto de perder la bolsa de basura.

Y llegó abajo con el corazón desbocado y falta de aire. Salió rápidamente del edificio y tiró la basura, y no subió inmediatamente a casa... sino que se dirigió a la tienda que tenía su padre en la misma finca y esperó a que él terminara el trabajo para subir acompañada.
¡Qué aterradoras pueden ser las casualidades! ¿O fue una visión de Lucía? ¡Quién sabe..!

martes, 23 de junio de 2009

La Llorona 3

Siempre hubo creencias, supersticiones, leyendas que constituyen parte del folclore de una región y, más o menos parecidas, surgen en las zonas aledañas. Algunas infunden miedo, otras provocan sonrisas y otras una burla sobradora. Pero estas apariciones de "las lloronas" se han generalizado en tantos lugares, que ya empieza a preocupar. De vez en cuando visito a mi mamá y ella les dice a mis hijos: -¿Saben que anoche apareció la llorona?...- Lo que provoca a la vez temor e interés y ya quieren saber. Entonces comienza el relato, con algunos agregados, porque cada uno que lo cuenta sabe algo distinto: más trágico, más audaz, más cómico o más policial.
Dicen que las lloronas son personas arrepentidas, vivas o muertas que liberan sus espíritus por las noches en busca de perdón o consuelo y así pretenden expiar sus culpas, generalmente por actos delictivos: muerte, robo, secuestro...
Cierta vez leí una historia inglesa en la que una madre salía a llorar por la muerte de su bebé, a orillas del mar, y tanto lloró que el llanto obtuvo su premio: una mañana alguien dejó un niño abandonado en la puerta de su casa.
Otra historia, pero esta vez francesa, contaba que un ciego lloraba por los bosques a causa de su desgracia y dejó de hacerlo cuando un hombre le habló y le hizo comprender que la luz de sus ojos eran sus manos y que con el tacto podía ver mejor que otros que no eran ciegos.
El caso es que las lloronas antes y ahora, siguen ocupando a la gente y nutriendo el folclore. Pero esta que apareció era una llorona que se las traía.
Las sombras de la noche ayudaban a crear la imagen incierta del fantasma y aunque muchos creían ver la túnica blanca y el rostro oculto de la llorona, se asombraban al descubrirla de botas altas, pollera ancha y apretado saco con capucha que no alcanzaba a esconder los cabellos rubios y revueltos y muchas veces el rostro desencajado, siniestro, de una persona que sufre mucho.
Aunque muchos lo pensaban, nadie se atrevía a comentarlo, pero la llorona tenía rasgos familiares y por más que se empeñaban en adjudicarle identidad, no acertaban a encontrar la persona que parecía representar esta imagen tétrica de la locura.
Apareció apenas entrado el sol vagando por la ruta, en el tramo que va de Santa Emilia a Venado Tuerto. Muchos camioneros o automovilistas debieron esquivarla en su trayecto y más de uno sintió deseos de parar ante aquella mano extendida que pedía ayuda. Pero ¿quién se anima a detener el vehículo de noche, en zona desconocida? ¿Y si después aparece el resto de la banda?... Quién no ha pensado algo así cuando se enfrenta con alguien que hace señas en el camino.
Los chacareros llegaron al día siguiente con la noticia que pronto se desparramó por el pueblo: "Anoche apareció la llorona". Y en cada lugar se suscitaba el comentario: en el banco, en la carnicería, en la farmacia, entre los chicos que jugaban, y entre las vecinas que salían a barrer las veredas o hacer los mandados. Hasta la policía se enteraba de los detalles. Se hicieron tan seguidas las apariciones de la llorona que Don Cabrera, el comisario, decidió tomar parte del asunto y comenzó a patrullar los lugares que frecuentaba. Pero cuando iba hacia Venado Tuerto se la veía en Chapuy, y cuando se dirigía a Chapuy visitaba Santa Emilia, y así, como queriendo despistar a la autoridad que con su destartalado Ford Falcon y tres hombres apenas armados, quería esclarecer el hecho.
Cansado de esta lucha infructuosa, Don Cabrera pidió refuerzos a Melincué y el jefe de policía departamental le asignó tres patrulleros tripulados por agentes bien adiestrados y comenzó el operativo "llorona" en una noche húmeda de fines de febrero.
Como respondiendo a ello, la llorona empezó a hacer de las suyas. Una noche degolló quince chanchos de un establecimiento. A los pocos días encontraron diez corderos desangrados en la laguna. En el antiguo matadero incendió un monte. Y todos contaban que en la noche del hecho habían escuchado un llanto de mujer.
Hasta que la última noche de carnaval, cuando el cielo se aclaraba con la luz de la luna, el cerco policial se apretaba en torno a la llorona y justo cuando se iba a ocultar en el monte de la estación, la mano fuerte de un hombre uniformado le cerró el camino. Luchó por desasirse pero no pudo y cayó al suelo removiendo la hojarasca.
El agente, queriendo levantarla la tomó por los hombros y en un sacudón, hizo que la capucha descubriera la cabeza que al perder la peluca dejó ver el cabello negro de un hombre joven.
Llegaron los demás policías y ante los ojos asombrados de todos, el malhechor empezó a llorar en serio. Cuando revisaron sus ropas encontraron un grabador y cintas grabadas con llantos.
Era un muchacho de la zona, conocido por su enfermedad mental y al que se creía viviendo en Rosario. Las casas donde había hecho daño eran de gente con las que trabajara años atrás, quienes de un modo u otro lo habían perjudicado.
Desde entonces, cuando en mi pueblo se habla de lloronas, todos recuerdan al pobre Lito, que llora encerrado.

La Llorona otra version

Este era el lamento que continuamente se escuchaba en la ciudad de México: ¡Ay de mis hijos, que será de mis hijos! Se daba el toque de queda en la catedral y todos los habitantes de la ciudad cerraban las puertas de sus casas con cuanto tuvieran a la mano. Se encerraban a piedra y lodo, pues nadie quería ni siquiera asomar los ojos hacia fuera. Dicen que hasta los viejos soldados conquistadores, que demostraron su valentía en la conquista de México, no querían salir a la calle, al llegar esa hora terrible. Los hombres se encontraban cobardes y a las mujeres les temblaba todo el cuerpo; los corazones se sobresaltaban al oír este gemido terrible, largo, que penetraba hasta los huesos. ¿Quién podría ser el valiente que se atreviese a salir a la calle ante ese llanto que causaba profunda lástima y que se escuchaba noche a noche por la ciudad entera? ¡La llorona! Clamaba la gente y del puro susto apenas podían murmurar una pequeña oración y con la mano temblorosa hacían la señal de la cruz. Las mujeres oprimían sus rosarios con el corazón, cruces o imágenes que llevaban colgando de sus cuellos.
La ciudad vivía verdaderamente aterrorizada.
Cuando se escuchaban los gemidos de esta mujer, más de algún valiente quiso salir a ver quien era la persona que emitía esos gritos tan angustiosos, costándole en ocasiones a unos la vida o a otros el juicio que veían perdidos por el susto. Se decía que esto era cosa de ultratumba, pues si se tratara de gritos humanos, éstos no se escucharían a más de tres calles de distancia y sin embargo estos lamentos se oían por toda la ciudad; traspasaban paredes y todos los habitantes los escuchaban. Hubo algunos envalentonados por el vino, que al salir de las tabernas pretendían ir a su encuentro, encontrando en esta hazaña la muerte. Otros quedaron locos de la impresión y los menos, no volvieron a intentar esta aventura y preferían quedarse encerrados en sus casas. La llorona era una mujer que flotaba en el aire, con un vestido blanco y cubría su descarnado rostro con un velo muy suave, que permitía verle la calavera de su cara. Cruzaba toda la ciudad con mucha lentitud; unas noches por unas calles o plazas y otras por distintas callejuelas; dicen los que la vieron que alzaba los brazos y emitía aquel quejido angustioso que asustaba a todos los que la escuchaban: ¡Ay, ay de mis hijos, que será de mis hijos! Luego se desvanecía en el aire y se trasladaba a otro sitio a emitir sus quejidos.
De una calle a otra, recorría plazas diversas, hasta llegar a la Plaza Mayor; allí se ponía de rodillas, besaba el suelo y se ponía a llorar con mucha desesperación, terminando con un largo ¡Ayyy!Se levantaba y se encaminaba hacia la orilla del lago caminando lentamente y ahí se perdía, se vaporizaba en el aire y se perdía de vista, no se sabe si se sumergía en las aguas o se disolvía, puesto que los que la llegaron a seguir, dicen que en este sitio se perdía de vista. Esto pasaba todas las noches en la ciudad de México y verdaderamente tenía inquietos a los habitantes de la ciudad, pues nadie podía explicarse quien era esa mujer y cual era la razón de sus lamentos. Muchas eran las versiones que se daban en torno al suceso. Unos decían que esta mujer había fallecido lejos de su esposo a quien amaba profundamente y que venía de ultratumba a verle y a llorarle, pues no podía estar con él, pues se decía que dicho caballero había vuelto a contraer nupcias con una bella dama y que ya la había olvidado completamente. Otras lenguas afirmaban que la mujer nunca pudo desposarse con el caballero, pues la sorprendió la muerte antes de que le diera su mano y la razón por la cual venía del más allá, era para volverle a ver, pues resultaba que el tal caballero se encontraba perdido en vicios que perturbaban su alma.
Al decir de otras gentes, se creía que la mujer era viuda y que se lamentaba de esta forma, porque sus hijos huérfanos estaban sumidos en la más honda desgracia, sin que ningún corazón se moviese por ayudarlos. También se corría la versión de que la mujer era una pobre madre a quien le asesinaron a todos sus hijos y que su salir de la tumba era para llorarles. Otros afirmaban que había sido una esposa infiel y que como no hallaba paz en la otra vida, venía del mundo de los muertos, con el fin de alcanzar el perdón por sus faltas cometidas en vida. Algunos decían que la mujer había sido asesinada por un marido celoso; se comentaba también que la famosa llorona era la célebre Doña Marina, quien de todos es sabido que vivió amancebada con el conquistador Hernán Cortés y que venía a este mundo con permiso del Cielo, a llenar el aire de lamentaciones, en franca señal de arrepentimiento, por haber traicionado a su pueblo, al ponerse del lado de los conquistadores españoles y que cometieron tantas brutalidades contra su pueblo. Esta pobre alma viajaba por todo el país de México, llegando a cada ciudad en donde; en las noches de luna se veía pasar su silueta blanca y profiriendo sus espantosos lamentos que asustaban al ganado; se le llegó a ver hincada al pie de cruces; salía con gran misterio de las cuevas, donde habitaban salvajes fieras emitiendo siempre su lamento ¡Ay, ay de mis hijos, que será de mis hijos!
Esta leyenda de la llorona es muy antigua, sus orígenes se remontan al México Prehispánico, pues había la leyenda de que las mujeres muertas en parto, solían venir a este mundo en una fecha determinada del calendario, convirtiéndose en fantasmas para asustar en los caminos a quien se le pusiera enfrente. Esta tradición se deriva también de las premoniciones que tuvieron los antiguos mexicanos antes de la llegada de los españoles, pues se afirmaba que salía una mujer del lago que angustiada decía: ¡Ay hijos míos, ha llegado ya la hora de vuestra destrucción! Todavía hasta los primeros años del siglo XVII se siguieron escuchando los gritos de la llorona en las calles de la ciudad de México; misteriosamente despareció para siempre y ya no se volvió a escuchar su quejido angustioso por las noches y ya pudieron dormir tranquilos los habitantes de la ciudad de México.

La Llorona


Uno.Esa madrugada la neblina cubría por completo el inhóspito camino que llevaba a la ciudad de Calama distante 300 kilómetros del puerto de Antofagasta, campamento minero emplazado a 2700 metros de altura sobre el nivel del mar. El veterano chofer tenía pensado demorar a lo menos una hora y media en llegar con su camión a la posada de Baquedano, ello porque la pendiente de la vía y el cargamento de ácido sulfúrico que debía entregar al día siguiente no le permitían llevar el camión a más de 40 kilómetros por hora. Para palear el intenso frío llevaba puesto un pesado poncho de lana de alpaca, guantes y hasta calzoncillos largos. Esa noche iba solo tras el volante sin pioneta ni compañía que lo mantuviese despierto. Dos.Cuando la visibilidad se hizo imposible por la densa camanchaca húmeda que envolvía los cerros de la cordillera de la costa; tuvo que orillar la máquina hacia la berma del camino y fondear el camión con su acoplado a un costado de la carretera cerca de una animita abandonada. No le quedaba otra que esperar pacientemente que las condiciones mejoraran y aprovechar de dormir un rato. Por el tiempo transcurrido presumía encontrarse en las cercanías de Mantos Blancos, una antigua mina de cobre. Sin más se subió a la litera de la cabina y cubrió completamente su cuerpo con una enorme manta chilota.Tres.Repentinamente se despertó al sentir aquel ruido seco proveniente de la parte posterior del vehículo de carga; inexplicablemente el ambiente al interior de la cabina del camión se había cargado de energías negativas, al punto que le resultaba casi imposible mover sus extremidades. Su corazón latía más fuerte de lo acostumbrado. De manera súbita su agitada respiración dió paso a un descontrolado halo húmedo, ello pese a que la calefacción del vehículo estaba encendida desde su salida de Antofagasta. De pronto oyó con nitidez aquel desgarrador llanto de mujer proveniente de la parte posterior del camión; sus músculos se agarrotaron. Como pudo movió levemente la manta que cubría su rostro y pudo tener visión hacia el exterior del vehículo a través de su imponente parabrisas empañado. A esas alturas el llanto se había convertido en una sinfonía de gritos y gemidos dolorosos que pasaban a instalarse definitivamente fuera del camión. Su vida cambiaría para siempre desde que aquel espectro luminoso se posó frente al camión suspendido en el aire, con la mirada fija en sus ojos, su rostro irradiaba un profundo sentimiento de dolor. Aquello era la imagen espeluznante de una mujer que no dejaba de llorar y de moverse grotescamente alrededor del vehículo de carga.Cuatro.Abrió los ojos, los intensos rayos del sol de la mañana lo hicieron volver abruptamente a la vida; un intenso olor a petróleo flanqueaba todo el lugar. De un salto salió del estrecho espacio donde se ubicaba la diminuta litera y encendió el motor de la máquina. Lentamente mientras se abría paso por la carretera, las imágenes de la madrugada anterior se repitieron en su cabeza turbada, un nudo en la garganta daba cuenta de su estado de profunda exaltación.