martes, 21 de julio de 2009

"La aparecida"

Francisco era un hombre que se quejaba de y por todo. Trabajaba de mantenimiento en un edificio que quedaba a 10 cuadras de su casa.Un dia, el personal del edificio dio una fiesta en un terreno muy lejos del edificio. Francisco fue invitado.Llego el dia de la fiesta y no sabia que ponerse. Al fin opto por una camisa blanca y un saco negro. Saco al coche del garage y se fue.La fiesta era muy aburrida, segun el, y decidio marcharse. Saludo a algunos compañeros del trabajo y se marcho. Iba en el auto escuchando un cd de musica clasica, era su favorita. Noto que el camino se habia vuelto mas largo y cuando se dio cuenta aparecio en un lugar desolado. Ya era de noche y Francisco no llegaba a su casa. A lo lejos pudo destinguir a una figura, era una chica. Francisco la alcanzo y pregunto "queres que te lleve?" La chica no respondia. Volvio a preguntar lo mismo la chica desaparecio. Francisco estaba muy confundido. Escucho un golpe. Era la puerta de atras. Miro muy asustado y vio a la chica sentada, tranquila, en la parte de atras. "A donde te llevo?" pregunto Francisco. "A Lomos 102" contesto la chica. Francisco acelero, queria llegar cuanto antes a su casa. Estaba muy cansado. Mientas iban camino a la casa de la chica Francisco no escuchaba rastro de la chica. Pero aun estaba sentada atras. "Bueno" dijo Francisco "llegamos". La chica habia desaparecido una vez mas! Confundido y aterrado a la vez, Francisco bajo del coche y toco el timbre de la casa 102. La casa era muy vieja, casi abandonada. Al fin salio un viejo. Francisco conto todo lo que habia pasado. El viejo lo miro a Francisco con una cara rara. Mientras el viejo la contaba la verdad, Francisco lo miro aterrado. "Esa chica que me contastes era mi hija. Si, te digo era porque murio. Tenia tan solo 10 años. Desde su muerte muchos automovilistas llegaron en la misma situacion que usted". "Pero porque?" dijo Francisco. "No tengo tiempo" dijo el viejo y desaparecio en el interior de la casa. Aterrado, Francisco camino hacia su auto. Pero alguien o algo lo impidio. Así el me lo conto, tambien me dijo que lo ultimo que recuerda es haber visto una sombra. Tambien me dio una advertencia: si estan en un lugar desolado y de noche tengan cuidado con las personas. Algunas resultan ser buenas, otras resultan ser malas. Así que tengan cuidado con "La aparecida".

La promesa

“Papi, no te mueras papi”Sus palabras se repiten en mi memoria…“papi, no te mueras papi”Lo decía incansablemente, una y otra vez… como si fuese una retahíla… “papi, no te mueras papi”Lágrimas en sus ojos, dolor en su mirada, suplica impregnada en cada una de sus palabras…“papi, no te mueras papi”537 años atrás… Moscú, Rusia.Me encontraba enfermo de alta fiebre, hacía días que deliraba, que casi no podía mantener los ojos abiertos, no probaba bocado… si lo hacía terminaba devolviéndolo, había adelgazado demasiado, en pocas palabras… estaba falleciendo. Mi familia había quedado reducida a solo dos miembros: Shúrik, mi niño, mi pequeño… mi hijo, de apenas seis años, y yo…Evgeni.Elena, mi amada esposa desgraciadamente había fallecido al traer al mundo a nuestro primogénito.Anna, nuestra vecina venia algunas veces al día para saber como estaba, solía ponerme compresas de agua fría y medicarme con cuanto menjurje supiera, vivíamos a las afueras de Moscú, alejados por días de un médico para que me atendiera.Recuerdo que estábamos a mediados de agosto, era tarde, el crepúsculo llegaría de un minuto a otro y mi salud declinaba cada vez más… mi respiración era forzosa, y mis lamentos peores, pero entre tanta gravedad aun podía escuchar la voz de mi hijo llamándome a permanecer a su lado.papi, no te mueras papi.Lloraba y me hablaba entre sus sollozos... y contra mi voluntad no podía hacer nada, parecía sumergido en un sueño, mis parpados pesaban demasiado no podía abrirlos, las palabras se ahogaban en mi garganta convirtiéndose en algo in entendible para mi niño.No me vallas a dejar… prometiste que estarías para siempre a mi lado, no me puedes dejar, papi.Pero entre tanta confusión me pareció escuchar la voz de un adulto, no la reconocí… y me pregunté quien sería ese desconocido que entraba en una casa sin pedir permiso a los habitantes principales.no llores más niño, que la enfermedad de tu padre tiene solución.eh, ¿Quién es usted?shhh, soy alguien muy bueno que quiere ayudar a tu papi…enserio… ¡¡entonces ayúdelo!!¿Ayudarme?, como podía ayudarme ese hombre… ¿acaso era medico?, bueno quizás Anna había logrado que su esposo fuera por uno a la ciudad… pero eso no podía ser, el no se encontraba… entonces ¿Cómo se había enterado de mi enfermedad?si... lo voy a ayudar… pero eso tiene un precio mi pequeño, ¿podrías pagarlo?pre… precio… le daremos todo lo que podamos, verá que cuando mi papi se recupere le dará todo lo que pida… lo que yo quiero no es en si una renumeración.¿en.. entonces que desea, señor?algo más valioso que lo material que poseas.eh… no tenemos nada más valioso, señor.Mi niño se escucho triste con esa declaración, ¿algo más valioso que lo material?, él era muy pequeño como para comprender eso, ¿más valioso?, ¿acaso se refería a nuestra vida? ¿mi vida… o la de él?, no… que se valla, quería decírselo pero no pude…. Estaba demasiado cansado…claro que lo tienes pequeño, y si me lo das tu padre se recuperará enseguida.si dice que lo tengo, entonces tómelo, es suyo, pero haga que mi papi se sienta mejor..eso es todo lo que quería escuchar, niño. Escuche que sus pasos se acercaban a mi lecho de convaleciente y sentí como se detenía cerca de donde estaba mi niño.eh… espere que hace señor… ¿Qué hace? Que le hace a mi niño…shhh solo relájate, que esto no dolerá demasiado…¿Dolerle? Que le estaba haciendo ese hombre a mi hijo. Escuche algunos sonidos ahogados… me estaba desesperando.. ¿Que sucedía?… haciendo un esfuerzo sobre humano logré abrir un poco los ojos… no me agrado lo que vi.Un hombre ataviado con finas vestimentas de cabellos lacios oscuros un poco largos, ya que le cubrían el rostro, estaba cargando a Shúrik en brazos, su cabeza estaba inclinada hacia el cuello de mi niño… él hacia gestos de dolor… mientras apretaba fuertemente sus ojitos… Quise gritar que lo dejará, levantarme y quitárselo de las manos pero lo más que llegue a hacer fue a medio levantar un brazo en protesta de lo que le hacia a mi hijo.Pasados algunos minutos que a mi parecer fueron eternos… ese hombre abandono el cuello de mi hijo; su respiración era muy sutil a penas y podía ver como su pecho se contraía y expandía... pero estaba vivo… sus ojitos se abrieron y me miraron… me sonrió… después desvió su mirada y miro al hombre… esperando que cumpliera con su palabra…El alzó una ceja y su gesto parecía una mezcla entre sorprendido e indignado, depositó con cuidado el cuerpo de mi hijo en una silla próxima a la cama, se acercó a mi con una sonrisa burlona entre sus labios…tu hijo quiere que te recuperes… ya pago el precio… así que no me mires de esa manera ya que vas a “vivir”, solo un “poco” más… jajajajaja.Sentí que sus palabras eran pronunciadas con ironía y sarcasmo, y no entendía por que, mi mente, estaba colapsando ya veía demasiado borroso, “no moriré… siempre esteré aquí” fue el ultimo pensamiento coherente que tuve; me agarro del cuello del camisón que traía puesto y me medio incorporó sin gran esfuerzo, parecía un muñeco entre sus manos, lo ultimo que recuerdo antes de caer en las brumas de la inconciencia son sus ojos cafés claros y… dos colmillos, demasiado grandes como para pertenecer a un humano, en su boca. Cuando desperté no sentía más dolor, estaba desorientado y los recuerdos venían a mi como si fueran alguna especie de flash, solo una vela iluminaba la estancia, pero aun así mis ojos se fueron adaptando a la oscuridad... me sorprendí estaba mejor y parecía como si nunca hubiera estado al borde de la muerte.Me levante de la cama, mis pies descalzos se desplazaron sobre la fría madera, pero aun así no lo sentí y tampoco le presté atención en ese momento, me dirigí a la habitación de mi niño.Estaba recostado en su cama, sus bracitos sobre su pecho, esa postura siempre se la reproché, ya que cada vez que hacía eso solían darle pesadillas; sonreí, se pondría muy feliz cuando me viera recuperado… no moriré… siempre esteré aquí… fue un mormullo dirigido solo a él, quería que me escuchara, pero no quería despertarlo.al fin despertaste… que bien, tu cena te espera…eh, ¿mi cena?No me había dado cuenta de su presencia hasta en el momento en que hablo.Cena. Como si esa palabra fuese mágica un hambre atroz me invadió. Me paso una copa con vino tinto, al menos eso pensé, la bebí… un sabor metálico recorrió mi garganta… pero en vez de parecerme desagradable cada célula de mi cuerpo pareció gritar por más en el momento en que bebí la ultima gota.Mis ojos buscaron con desesperación más alimento y el muy amablemente me condujo donde había… Anna… sus ojos lloraron y sus labios me suplicaron por que no le hiciera daño… más mi sentido del oído pareció desaparecer en ese momento, solo lograba percibir el latido desmesurado de su corazón… y eso era música para mi… una melodía digna de escuchar… Al acabar pensé en mi hijo y me dirigí a verlo…Se encontraba exactamente igual que como lo había visto… y eso no estaba bien, él siempre solía removerse entre sueños.Me acerque lentamente hacia su cama y entonces me di cuenta……no respiraba…Estaba muerto.Y mi alma murió con él.Me enfurecí… temblaba de ira… y grité, una y muchas veces más, pero el no despertó… se veía tan pacífico, tan tierno, mi niño… tan lindo.Mi conciencia reclamaba venganza… más no me deje cegar, sabía que mis fuerzas eran inútiles en ese momento... así que solo deje pasar el tiempo… mucho tiempo.Cuando el momento de obtener la venganza llego no la disfrute demasiado…Ya que al decapitar a mi creador, mi maestro, a mi compañero de eternidad… el asesino de mi hijo… él… sonrió… yo quería que sufriera, pero me sonrió… y lo odie tanto como me odio a mi mismo…Año actualLos Ángeles, Estados Unidos.Dos sonrisas se conservan intactas entre mis recuerdos…Una de esperanza, ilusión, cariño y amor.La otra de agradecimiento, perdón, disculpa, y amor.En las dos había amor, cada uno a su manera mi pequeño Shúrik me amaba como se ama a un padre, y Louis como se ama a un hermano, y aunque me cueste admitirlo llegue a apreciarlo un poco, y hasta hoy en día ninguna de las dos heridas sana.Aun permanezco, intacto en el tiempo, atado a la promesa de no morir…Mi salvación… su condena… mi vida… su muerte… mi eternidad… su eternidad en mi memoria…Sus cabellos castaños imposibles de peinar, sus ojitos almendrados, su tierna sonrisa, su dulce voz… Su eterna inocencia plasmada para siempre en mis más bellos recuerdos,Son mi mayor tesoro y a la vez mi peor tormento.“papi, no te mueras papi…”…y sigo aquí…

El visitante nocturno

La oscura mancha se escurrió bajo la puerta avanzando lentamente como una impávida sombra que vaga libremente sin la esclavitud de su amo.El demonio del sueño rondaba en mi habitáculo, mas esta vez, no me había dejado vencer.La noche se precipitaba encima nuestro mientras de aquella mordaz sombra amorfa comenzaba a emerger una silueta.Un gato.Negro y grotesco como tal. Morbosamente deformePero era innegable que aquella sombra había transmutado su silueta para emular aquel repugnante gato.Sus ojos asimétricos me observaban fijamente. Parecían casi ojos humanos, o por lo menos irradiaban un atisbo de humanidad tras su horrenda deformidad. Negros y profundos como tal.Parecían esconder tras de si, una sabiduría absoluta.Su sombría anatomía era diminuta, en contraste con su presencia que no era menos que abrumadora.Absorto por la soberanía que inspiraba aquella malévola visita nocturna, me vi obligado a arrodillarme para reverenciar su absoluto poder.Aquel… ente, no podría llamarlo de otra manera, se acerco hacia mi y comenzó a regurgitar hasta vaciar completamente su estomago.El fluido era mayormente rojo carmesí, tornábase morado y verduzco también. Viscoso y fétido como cualquier fluido corporal descompuesto.Mi alegría se acrecentó cuando me permitió alimentarme del producto de sus fauces.Repugnante y obsceno como tal.El dolor y la angustia menguaban a medida que mi estomago se retorcía al probar bocado tras cinco días de abstinencia obligada.Finalmente mi hambre se vio saciada.Alcé la mirada hacia mi benefactor.Aquel ser que aun me miraba fijamente abrió su boca y proclamó con determinación:No te dejare morirMis oídos ingenuos no daban fe de aquellas palabras.Ese ente…Ese ser que aparenta encarnar la maldad pura me concede el mayor de los regalos al librarme de la muerteAturdido por aquella repuesta pregunte:¿Por que?, dímelo tú señor de las sombras, ¿Acaso te has apiadado de mi alma y deseas evitar mi andar en el valle de la muerte? Responde que eso es lo que suplico.El silencio…La nada repicaba haciendo eco en mis oídos.Aquel extraño gato no apartaba su inquietante mirada de mí.El engendro intentaba escudriñar cada recoveco de mi alma ultrajada.Señor – dije –, tú, mi oscuro visitante nocturno, ¿Acaso eres un enviado del averno que desea obtener mi alma? Responde que es lo que suplico.Y el ser me repitió con soberbia aquella infame frase:No te dejare morirMi corazón se aceleraba.El espacio en mi celda se contraía.Esa frase que al principio sonábase alentadora, se volcaba en el dictamen de una sentencia implacable.Señor – le suplique –, ¿Eres tu quien ha escapado del reino de las criaturas de la noche o has sido enviado por los dioses para ser el guardián de mi enajenado cuerpo? Aplaca mis dudas y muéstrame tu rostro para reverenciarte si así lo deseas, te lo agradeceré ferviente, yo te lo suplico.El engendro comenzó a desfigurarse.Abríase su boca mientras se comía a sí mismo hasta transformarse en una masa palpitante que pronto adoptaba una nueva forma.Una figura sombría y grotesca como tal.Una forma incluso mas repugnante que la anterior emergía del engendro.Su cuerpo era el de un cuervo…No, una urraca.Pero su rostro era el de una mujer.El engendro se había convertido en una arpía. Mi mente se idiotizaba por aquel acto, no podía hacer mas que paralizar mi cuerpo dejándolo a merced de la bestia.Sus ojos mal formados tornábanse mas macabros que antes.En su mirada no había nada mas que maldad y odio puros.No te dejare vivir – profirió el pajarraco.Esas palabras me afectaban aun más que las anteriores.Mi mente no alcanzaba a vislumbrar lo que la bestia quería de mí. De todas las formas que pudo haber tomado, adquirió la mas inquietante.Aterrador como tal.Su voz milenaria se alzo para exigirme sus demandas:Bríndame mi tributo.Sublevado por aquel ser, no tenia opción mas que obedecer.Lleve mi mano a un costado y luego de desgarrar y levantar mi piel tome una de mis costillas derechas para ofrecérsela a mi inusual invitado.Gustoso acepto mi ofrenda.Arpía – grite exasperado –, seas mensajero del mal o de la noche ¿Qué deseas?, ¿Por qué me has visitado esta noche?, dime la verdad ¿Me liberaras o me esclavizaras aun mas? Respóndeme que yo te lo suplico.Y la arpía guardo silencio…Arpía, seas angel o demonio, te ruego que tranquilices mi alma perturbada aclarando mis dudas, ¡Dímelo!, ¡¿Quién eres y que deseas?! Responde, te lo suplico.La arpía comenzó a engullirse a si misma formando nuevamente aquella masa palpitante.Mi ser clamaba por esclarecer mis dudas.Mi mente comenzó a rozar la locura a medida que aquella masa tornábase a su nueva forma.Era yo.El engendro mutaba nuevamente para transformarse en mi.No dejaba de ser deforme y grotesco como tal.Era claramente una versión corrompida de mi mismo.Jamás te abandonaré – afirmo la bestia con absoluta seguridad.Me estremecí totalmente al escuchar aquella aberración.Cuando antes anhelaba una compañía cualquiera, ahora deseaba nuevamente mi soledad.Yo soy tu Némesis – me aclaro con soberbia.Fue entonces cuando lo comprendí.La bestia no me dejaría vivir ni morir.No me abandonará.Torturará y a atormentará mi cuerpo, mente y alma hasta que ya no quede nada de ellos.Hasta que los días se agoten y se cumpla la eternidad.La bestia se postró ante mi y yo me alimenté de él hasta que mi hambre se hubo saciado.Por hoy ha desaparecido.Pero regresara al caer de nuevo la noche.El engendro visitara mi celda todas las noches.La bestia será mi Némesis, mi castigo.Me alimentará con su cuerpo y el comerá del mío.Hasta que los días se agoten y se cumpla la eternidad.Mi ultimo relato.Les agradezco sinceramente...

No abras la puerta

Muchas personas piensan que esto que os voy a relatar es una simple leyenda, un cuento o incluso una falsa historia, pero yo lo único que puedo hacer es contárosla, a partir de ahí, sacad vuestras conclusiones. Hace 2 años, estaban en su casa, tan tranquilos, María, una señora de 40 años que se había divorciado recientemente, con su hijo pequeño de tan solo 8 años. Como era de costumbre María se tenía que ir todas las noches a trabajar, debido a que era una mujer con muchas responsabilidades( tanto en su trabajo como en su casa). Pero aquel día sería muy diferente al resto de los demás; ya que, cuando se encontraban cenando vieron en las noticias que un asesino en serie, muy peligroso y agresivo había escapado del centro penitenciario de la ciudad. Lo más grave de la noticia no era que este interno hubiese escapado, lo peor era que había sido visto pocas manzanas cercanas del hogar de la familia. Esto provocó la incertidumbre de María que al irse al trabajo tenia que dejar a su hijo solo en casa. Maria para prevenir desgracias cerró las ventanas, puertas, y le explicó lo siguiente a su hijo: - No habrás ninguna ventana ni las puertas. Aunque llevo las llaves, por si ocurre algo, yo llamaré 3 veces seguidas al timbre o simplemente me reconocerás por la voz y entonces sabrás que soy yo. Llegado el momento, María se fue a trabajar y dejó a su hijo solo. Éste, lleno de miedo, cerró la puerta a cal y canto y se puso a ver la tele para relajar la mente. Al cabo de rato, el chico ya estaba dormido cuando de pronto llaman a la puerta. PON...PON....el chico se despertó y aterrado se dirigió muy despacio hacia la puerta y dijo: - ¿Eres tú mamá?. La respuesta vino con otra serie de golpes acompañados de un susurro escalofriante que decía: JABREME DA PUETA. El niño atemorizado huyó hacia su habitación donde se pasó la noche llorando y esperando a que llegase su madre, hasta tal punto que se quedó dormido. Al día siguiente cuando se levantó se dio cuenta de que su madre no había vuelto. Y aún con miedo se dirigió a la puerta que conducía a la salida de la casa y se encontró a su madre con las piernas cortadas( por lo que no pudo llegar al timbre), la lengua cortada( por lo que no le pudo reconocer la voz) y totalmente ensangrentada. Desde ese día este chico tuvo que estar hospitalizado en un psiquiátrico y no pudo dormir sin sufrir constantes pesadillas........ y si os preguntáis por que sé, es por que, simplemente, soy ese niño.

martes, 7 de julio de 2009

EL HOMBRE DEL MALETIN -.


El hombre del maletín
UNA NIÑA QUE SE DIVERTÍA ATEMORIZANDO A SUS AMIGAS CON BROMAS ES ADVERTIDA DE UNA EXTRAÑA VISITA QUE VA A RECIBIR
Cuando Lorena tenía 13 años solía reunirse con sus amigas del colegio y les contaba historias de terror.
Le encantaban la historias de miedo y estaba bien informada, de modo que se reunían en un banco de un parque cercano al colegio y todas escuchaban atentas los relatos de Lorena.
Conforme oscurecía las chicas se marchaban avisando a Lorena de que si luego no podían dormir "se iba a enterar de lo que era bueno".
Pero siempre era en tono de broma.
Una tarde le relató esas historias a una amiga de clase.
Estaban en la habitación de Lucía, cuya casa estaba a unos siete kilómetros de la casa de Lorena (luego se tendría que ir andando y sola).
Cuando Lucía tenía suficiente miedo le dijo: "ahora te voy a contar yo lo que te va a pasar y verás quién pasa miedo". Y le dijo: "cuando vayas a casa un señor con un maletín, vestido de negro y con bigote te seguirá para matarte."

El trayecto hacia casa lo hizo con una psicosis total: toda la gente parecía querer traspasarle con la mirada, pero ella sabía que era pura sugestión, de modo que el miedo que pasó fue relativo.
Lo que realmente podía asustarle era el hombre del maletín, vestido de negro y con bigote, y de esos no hubo
ninguno en todo el camino.
Llegó a casa y comprobó horrorizada que no funcionaba el ascensor.
Aunque aún le faltaba un año para tener permiso de uso del ascensor lo cierto es que vivía en un octavo piso y siempre que podía, cogía el ascensor.
Tuvo que subir los ocho pisos a pie, y su desconsuelo fue mayor cuando su madre le dijo que bajara la basura:
- ¡Pero si no va el ascensor!. -Se quejó inútilmente.

Y entonces cogió la bolsa de basura y comenzó a bajar despreocupada... pero a mitad de camino las piernas se le aflojaron y casi perdió el equilibrio. Frente a la puerta de una casa, mirándole ahora a ELLA, había un señor trajeado de negro, con bigote y un maletín.
Con los nervios a flor de piel, casi a punto de gritar y las piernas temblando, corrió escaleras abajo a punto de perder la bolsa de basura.

Y llegó abajo con el corazón desbocado y falta de aire. Salió rápidamente del edificio y tiró la basura, y no subió inmediatamente a casa... sino que se dirigió a la tienda que tenía su padre en la misma finca y esperó a que él terminara el trabajo para subir acompañada.
¡Qué aterradoras pueden ser las casualidades! ¿O fue una visión de Lucía? ¡Quién sabe..!